RESTAURANTE CERRADO
Dirección: Calle Galiana, 30 - Avilés
Teléfono: 984 390 398
Facebook: https://www.facebook.com/apinontapas/Instagram: [@apinon_bistro] https://www.instagram.com/apinon_bistro/
Anterior Visita: http://www.lesfartures.com/2017/11/la-gran-vetusta-cata-atun-rojo-balfego.html
Precio: 30€
Comentarios: Qué mejor que alguien que ayudó al Llamber a ser una referencia en Asturies, se mudara a su local cuando decidieron dejarnos por Barcelona. Apiñón Bistró sigue la senda que inició el Llamber, pero con su propio estilo, ajeno a modas, con un toque gamberro que nos encanta y en uno de los locales más atractivos de la nueva Avilés.
La ubicación es inmejorable. En plena calle Galiana, bajo sus soportales, con una terraza que te transporta a otra época, y encima atechaos; es un lujo tomar algo allí fuera, con ambiente de distintas generaciones, antes de pasar dentro del local.
Dentro, zona de barra con mesas altas, y espacio para tomar algo de pie. En las mesas altas también sirven comidas.
En la parte de atrás, cocina vista con mesas a los laos, un poco estrecho, y con un carácter informal, acorde con el local y su cocina. Tiene un pequeño salón de mesas bajas también. Nosotros nos sentamos en primera fila de cocina, y te queda embobao mirando la sinfonía de movimientos que hacen que todo sea posible. Un espectáculo muy recomendable.
Cocina de amplia influencia asiática, al centro, para compartir, probar y divertirse. Y desde nuestra primera vez en el antiguo local, una enorme evolución en cocina. A veces confundimos lo divertido con lo sencillo, y al contrario. Son platos con mucho trabajo detrás y una creatividad que sale de la cabeza de Juan Pablo.
En sala, Sandra hace que todo esté perfecto en todo momento. Y aporta además una genial selección de vinos, distintos, al que le falta una buena sidra brut que iría perfecta con ese tipo de cocina. Las cartas de Cuadernos Rubio son una pasada.
Otro punto a favor del local es la posibilidad de pedir medias o tapas enteras, lo que da pie a jugar para probar el mayor número posible. Nosotros así lo hicimos. Palillos o cubiertos, tu eliges. Nosotros probamos los palillos.
Comenzamos con media de Dim Sum de Tapenade con Queso Ahumado frito. Toque crujiente, con un toque suave de queso. Mezcla de texturas, perfecto para empezar.
Takoyaki. Son unos buñuelos japoneses hechos a base de harina de trigo y pulpo. Ricos, pero le falta un punto de intensidad de sabor.
La Tabla de Mantou. Panes chinos con un toque de plancha que mezcla el dulce con el toque crujiente. La base es genial. Encima, como si fuera una tosta, le añaden tres tipos distintos de elaboración. Y dos por cabeza. Pulpo con espuma de patata. Anchoa con Churney de Violeta. Y Papada con Huevo de Codorniz. De menos a más, el que más nos gustó fue el de anchoa, aunque el toque graso de la papada está genial.
Y acabamos con una Parpatana de Bonito con Patata Violeta. Sin duda, nuestro favorito de la noche. Espectacular. Buen trozo de bonito con el toque dulce de la patata de acompañante.
De postres, probamos su Torrija. Suave, y muy rica.
Y mi favorito. Sus Casadielles. Genial presentación, con el panel de miel al centro (puedes comer la miel con el panel incluida, tú decides) y casadielles con un toque de anís. Muy ricas.
Para beber, Llopart Microcosmos Rose Brut Nature. DO Cava rosado sobre lías, muy sabroso y que fue genial en toda la comida. Nos gustó mucho.
Pagamos por todo, 78€. Nos encanta esta generación de cocineros en Avilés que viene pegando tan fuerte. Propuestas distintas, de mucho nivel y a buen precio. Gran sitio Apiñón.
Comentarios: Qué mejor que alguien que ayudó al Llamber a ser una referencia en Asturies, se mudara a su local cuando decidieron dejarnos por Barcelona. Apiñón Bistró sigue la senda que inició el Llamber, pero con su propio estilo, ajeno a modas, con un toque gamberro que nos encanta y en uno de los locales más atractivos de la nueva Avilés.
La ubicación es inmejorable. En plena calle Galiana, bajo sus soportales, con una terraza que te transporta a otra época, y encima atechaos; es un lujo tomar algo allí fuera, con ambiente de distintas generaciones, antes de pasar dentro del local.
Dentro, zona de barra con mesas altas, y espacio para tomar algo de pie. En las mesas altas también sirven comidas.
En la parte de atrás, cocina vista con mesas a los laos, un poco estrecho, y con un carácter informal, acorde con el local y su cocina. Tiene un pequeño salón de mesas bajas también. Nosotros nos sentamos en primera fila de cocina, y te queda embobao mirando la sinfonía de movimientos que hacen que todo sea posible. Un espectáculo muy recomendable.
Cocina de amplia influencia asiática, al centro, para compartir, probar y divertirse. Y desde nuestra primera vez en el antiguo local, una enorme evolución en cocina. A veces confundimos lo divertido con lo sencillo, y al contrario. Son platos con mucho trabajo detrás y una creatividad que sale de la cabeza de Juan Pablo.
En sala, Sandra hace que todo esté perfecto en todo momento. Y aporta además una genial selección de vinos, distintos, al que le falta una buena sidra brut que iría perfecta con ese tipo de cocina. Las cartas de Cuadernos Rubio son una pasada.
Otro punto a favor del local es la posibilidad de pedir medias o tapas enteras, lo que da pie a jugar para probar el mayor número posible. Nosotros así lo hicimos. Palillos o cubiertos, tu eliges. Nosotros probamos los palillos.
Comenzamos con media de Dim Sum de Tapenade con Queso Ahumado frito. Toque crujiente, con un toque suave de queso. Mezcla de texturas, perfecto para empezar.
Takoyaki. Son unos buñuelos japoneses hechos a base de harina de trigo y pulpo. Ricos, pero le falta un punto de intensidad de sabor.
La Tabla de Mantou. Panes chinos con un toque de plancha que mezcla el dulce con el toque crujiente. La base es genial. Encima, como si fuera una tosta, le añaden tres tipos distintos de elaboración. Y dos por cabeza. Pulpo con espuma de patata. Anchoa con Churney de Violeta. Y Papada con Huevo de Codorniz. De menos a más, el que más nos gustó fue el de anchoa, aunque el toque graso de la papada está genial.
Y acabamos con una Parpatana de Bonito con Patata Violeta. Sin duda, nuestro favorito de la noche. Espectacular. Buen trozo de bonito con el toque dulce de la patata de acompañante.
De postres, probamos su Torrija. Suave, y muy rica.
Y mi favorito. Sus Casadielles. Genial presentación, con el panel de miel al centro (puedes comer la miel con el panel incluida, tú decides) y casadielles con un toque de anís. Muy ricas.
Para beber, Llopart Microcosmos Rose Brut Nature. DO Cava rosado sobre lías, muy sabroso y que fue genial en toda la comida. Nos gustó mucho.
Pagamos por todo, 78€. Nos encanta esta generación de cocineros en Avilés que viene pegando tan fuerte. Propuestas distintas, de mucho nivel y a buen precio. Gran sitio Apiñón.
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