Dirección: C/Estación, 19-21. Avilés
Teléfono: 678 774 336
Comentarios: Cualquiera que me conozca sabe que mi segunda casa es el Cabanón. Son muchos años de amistad, de experiencias y litros de cerveza (y lo que no es cerveza) en el bar.
Cuando hará unos 10 años, Pablo empezó a especializar el bar en cerveza y whisky, no pocos lo llamaron suicida o loco, pero en realidad era un visionario. Ahora mismo el Cabanon es una referencia a nivel estatal y en él podemos encontrar cervezas que solo se pueden encontrar en locales muy selectos. Parece que tiene menos mérito en la actualidad con la era internet, la venta online, o las tiendas especializadas; pero cuando la cerveza no estaba "de moda" tomarse una cerveza rara trapense o empezar a probar las primeras IPAS que llegaron a España ... fue un auténtico lujo. Y lo sigue siendo; el mimo y dedicación que ponen Pablo (y Aida) es muy difícil de encontrar.
Así que cuando nos invitaron a ir una prueba de Cerveza Belga maridada con Quesos, no dudamos en apuntarnos. La parte cervecera de la prueba estaba guiada por Andrés Torres (propietario del Lúpulo Feroz, auténtico gurú cervecero de Asturies) y la parte de los quesos le correspondía a Adrían Fernández Llaneza, o como lo conocemos todos, Chela, cocinero y uno de los primeros en introducir el mundo de la cerveza artesanal y el whisky en Asturies. O sea, lo mejor de lo mejor.
Después de las presentaciones, comenzamos con la prueba en sí. Mientras nos iban repartiendo la cerveza y los quesos, Andrés y Chela nos explicaban un poco acerca de cada uno micro en mano.
Comenzamos con por una Cantillón Gueuze. Cerveza Lámbica muy famosa por su sabor ácido, que tanto nos recuerda a la sidra asturiana (por eso quizás empiece a ser conocida por aquí).
La cerveza la acompañaron con un Queso de La Peñoña, asturiano, suave, de la zona de Pravia, de leche de vaca; acompañao de ablana (avellana), aceite de oliva y pimienta negra. Buenísimo.
Acto seguido, nos empezaron a repartir La Vermontoise, cerveza de invierno tipo Saison muy, muy difícil de encontrar. Son cervezas de granja, muy frescas, para tomarse durante una jornada de trabajo, con un toque ácido, pero refrescantes. Ésta en particular tiene un 30% de escanda, lo que le da un toque muy familiar para los asturianos, y que además, nos recuerda a la famosa Ordum del Ca Beleño.
La acompañaron de Quesu Casín, queso de los más antiguos del mundo, potente, con leche de vaca pura. Para "suavizarlo", Chela nos lo presenta en crema, acompañado de una maravillosa mermelada de tomate y albahaca. Un manjar.
Seguimos con la conocida Orval, una de las joyas de la corona de Bélgica. Cerveza trapense, la más lupulada de las trapenses, elaborada en abadía y, como curiosidad, la primera en registrar su propio vaso de cerveza para tomarla. 6,2º de puro placer.
Nos la acompañaron con el Quesu Orval de la propia abadía, queso que se hace dentro de la propia abadía, con algo de la cerveza en el queso. Mantecoso, cremoso ... bueno.
Le toca el turno a la Rochefort 10, una de las más fuerte de las trapenses belgas, 11,3%, tostada oscura, con mucho sabor. Cervezón.
La acompañaron del su propio queso, Rochefort, aunque éste no se hace en la propia abadía, pero todos los ingresos se reutilizan en el mantenimiento de la abadía. Tiene motas verdes que son algas y albahaca, de leche de vaca de la zona y sin la cerveza que le da nombre.
Entramos en la recta final con otra de las cervezas más famosas de Bélgica, Chimay Azul, la "Grande Reserve" de las cervezas belgas, 9% de sabor intenso con una mezcla perfecta entre caramelo y amargor. Una joya.
Este cervezón nos lo acompañaron de su propio queso, Chimay, queso muy potente, que pegaría también perfectamente con la Rochefort. Lavan la leche en cerveza Chimay para darle sabor.
Para finalizar, y ya empezando a notar las condiciones un poco mermadas, acabamos con otra cerveza mítica La Trappe Tripel, 8% de rubia ambarina, con su gusto final seco característico y las pequeñas notas de cilantro que se dejan notar. Cervezón para acabar la prueba.
Empezamos con queso asturiano, y finalizamos con queso asturiano. Quesu azul de 3 leches de Pría, receta de los años 20 recuperada en 2009, queso de cueva, ahumao. Uno de los productos estrella asturianos sin duda. El queso lo acompañaron con unos canutillos de chocolate blanco.
Como veis, productos exclusivos de inmejorable calidad para acompañar auténticos cervezones. Una noche muy especial, con gente muy especial. Para la próxima no podéis faltar!
El precio de la prueba fueron 22€.
Cuando hará unos 10 años, Pablo empezó a especializar el bar en cerveza y whisky, no pocos lo llamaron suicida o loco, pero en realidad era un visionario. Ahora mismo el Cabanon es una referencia a nivel estatal y en él podemos encontrar cervezas que solo se pueden encontrar en locales muy selectos. Parece que tiene menos mérito en la actualidad con la era internet, la venta online, o las tiendas especializadas; pero cuando la cerveza no estaba "de moda" tomarse una cerveza rara trapense o empezar a probar las primeras IPAS que llegaron a España ... fue un auténtico lujo. Y lo sigue siendo; el mimo y dedicación que ponen Pablo (y Aida) es muy difícil de encontrar.
Así que cuando nos invitaron a ir una prueba de Cerveza Belga maridada con Quesos, no dudamos en apuntarnos. La parte cervecera de la prueba estaba guiada por Andrés Torres (propietario del Lúpulo Feroz, auténtico gurú cervecero de Asturies) y la parte de los quesos le correspondía a Adrían Fernández Llaneza, o como lo conocemos todos, Chela, cocinero y uno de los primeros en introducir el mundo de la cerveza artesanal y el whisky en Asturies. O sea, lo mejor de lo mejor.
Después de las presentaciones, comenzamos con la prueba en sí. Mientras nos iban repartiendo la cerveza y los quesos, Andrés y Chela nos explicaban un poco acerca de cada uno micro en mano.
Comenzamos con por una Cantillón Gueuze. Cerveza Lámbica muy famosa por su sabor ácido, que tanto nos recuerda a la sidra asturiana (por eso quizás empiece a ser conocida por aquí).
La cerveza la acompañaron con un Queso de La Peñoña, asturiano, suave, de la zona de Pravia, de leche de vaca; acompañao de ablana (avellana), aceite de oliva y pimienta negra. Buenísimo.
Acto seguido, nos empezaron a repartir La Vermontoise, cerveza de invierno tipo Saison muy, muy difícil de encontrar. Son cervezas de granja, muy frescas, para tomarse durante una jornada de trabajo, con un toque ácido, pero refrescantes. Ésta en particular tiene un 30% de escanda, lo que le da un toque muy familiar para los asturianos, y que además, nos recuerda a la famosa Ordum del Ca Beleño.
La acompañaron de Quesu Casín, queso de los más antiguos del mundo, potente, con leche de vaca pura. Para "suavizarlo", Chela nos lo presenta en crema, acompañado de una maravillosa mermelada de tomate y albahaca. Un manjar.
Seguimos con la conocida Orval, una de las joyas de la corona de Bélgica. Cerveza trapense, la más lupulada de las trapenses, elaborada en abadía y, como curiosidad, la primera en registrar su propio vaso de cerveza para tomarla. 6,2º de puro placer.
Nos la acompañaron con el Quesu Orval de la propia abadía, queso que se hace dentro de la propia abadía, con algo de la cerveza en el queso. Mantecoso, cremoso ... bueno.
Le toca el turno a la Rochefort 10, una de las más fuerte de las trapenses belgas, 11,3%, tostada oscura, con mucho sabor. Cervezón.
La acompañaron del su propio queso, Rochefort, aunque éste no se hace en la propia abadía, pero todos los ingresos se reutilizan en el mantenimiento de la abadía. Tiene motas verdes que son algas y albahaca, de leche de vaca de la zona y sin la cerveza que le da nombre.
Entramos en la recta final con otra de las cervezas más famosas de Bélgica, Chimay Azul, la "Grande Reserve" de las cervezas belgas, 9% de sabor intenso con una mezcla perfecta entre caramelo y amargor. Una joya.
Este cervezón nos lo acompañaron de su propio queso, Chimay, queso muy potente, que pegaría también perfectamente con la Rochefort. Lavan la leche en cerveza Chimay para darle sabor.
Para finalizar, y ya empezando a notar las condiciones un poco mermadas, acabamos con otra cerveza mítica La Trappe Tripel, 8% de rubia ambarina, con su gusto final seco característico y las pequeñas notas de cilantro que se dejan notar. Cervezón para acabar la prueba.
Empezamos con queso asturiano, y finalizamos con queso asturiano. Quesu azul de 3 leches de Pría, receta de los años 20 recuperada en 2009, queso de cueva, ahumao. Uno de los productos estrella asturianos sin duda. El queso lo acompañaron con unos canutillos de chocolate blanco.
Como veis, productos exclusivos de inmejorable calidad para acompañar auténticos cervezones. Una noche muy especial, con gente muy especial. Para la próxima no podéis faltar!
El precio de la prueba fueron 22€.
2 comentarios
"un poco mermados"...calla, calla, a la última birra no llegaste, fijo!! jaja
Con estos tres (Chela, Andres y Pablin) pol mediu, ya sabes que la mesura nun ye lo d'ellos.
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