CROCANTE

RESTAURANTE CERRADO


Dirección: C/ Rosario, nº 7, 33201 Xixón
Teléfono: 984 84 64 54


Recomendaciones: Yakishova, pixín, zamburiñas...repetir visita para probar carta

Calidad: 4/5
Precio: 35€

Comentarios: Uno de los restaurantes de moda ahora mismo en Xixón. Combina una cocina moderna con platos asiáticos, además de fusionar ingredientes típicos de esos países con producto de la tierra.

Por este éxito que está teniendo gracias al boca a boca, y a lo bien que están haciendo las cosas, y por ser un sitio pequeño, conviene reservar con antelación.

Tienen 2 turnos de cenas, algo que a mucha gente le resulta incómodo pero que yo entiendo como imprescindible en locales pequeños como éste y que de no hacerlo así podrían tener mesas paradas a la espera de la llegada de la reserva que le penalizaría en su viabilidad.

El local es una antigua casa de 3 plantas rehabilitada en la que la primera planta cuenta con la cocina, mini barra y descansillo además de alguna mesa alta para tomar algo y otra mesa baja. Es habitual que haya gente cenando en ellas.
El comedor propiamente dicho está en la primera planta y cuenta con espacio para unas 10 mesas a lo sumo.

Yo he realizado 2 visitas antes de las pasadas navidades, en la primera no tenían algunos de los platos de la carta por estar en plena renovación de la misma, y en la segunda ya con esa nueva carta.

La atención buena y cercana, son gente joven y con ganas, sabiendo recomendar en las primeras visitas, cuando uno está un poco perdido sobretodo con los nombres de algunos platos a los que no se esté acostumbrado, y alertando sobre cantidades excesivas en función de los comensales.

En una de las visitas, teniendo reserva para el 2º turno, tuvimos que esperar unos minutos en barra, pudiendo tomar unas cervezas asturianas, que siempre se agradece que tengan producto de la tierra...

                           



Como entrantes he probado la tempura de verduras, perfecta de punto, sabor, textura. De las mejores que he probado.

Y una Zamburiñas ali-oli que nos sorprendieron por lo buenas que estaban y porque no es algo a lo que estemos habituados a encontrar.




En las 2 ocasiones pedimos el Yakishova de pulpo. Lo tienen también de alguna carne, de gambas...
Son unos fidos japoneses con verduras y el ingrediente que se elija. Por encima adornan con una especie de mojama de atún que, al cortarla muy fina y poner sobre los fideos calientes, llega a la mesa moviéndose y retorciéndose, lo que supone una espectacular presentación del plato. 


El Tataki de atún es de esos platos que, donde lo ofrecen y lo saben preparar, es obligación el pedirlo. Y aquí saben lo que se hacen.


Nos recomendaron un Pixín con setas que nos impresionó. Riquísimo. Cada plato que hemos ido probando nos hacía dudar de cuál era nuestro preferido.


Una presa ibérica muy buena, y bien servida:


También probamos en una ocasión el Magret de pato, que dejo un muy buen sabor de boca tanto por su punto y sabor como por su salsa y acompañamientos:


Postres caseros como una milhoja de turrón que a mí, no gustándome habitualmente los postres de turrón, me encantó.
En otra ocasión probé el arroz con leche con chococrispis. Un arroz con leche correcto al que el toque de los cereales lo hacía divertido y sorprendente.

                              


Para acompañar, elegimos en ambas ocasión un D.O. Toro, Matsu "El pícaro", un comodín para cualquier ocasión que siempre cumple en calidad/precio.

                                        

A la hora de la cuenta, las 2 veces quedamos sorprendidos de que, con la calidad de la cena y las sorprendentes propuestas, tocásemos a una media de unos 30€ por persona.

En resumen, un restaurante de visita obligada, con propuestas que fusionan sabores y productos, que sorprenden y cuyo resultado final es de notable alto. 
De esos sitios a los que hay que hacer varias visitas para probar todo lo que apetece de la carta.


8 comentarios

Toni dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Toni dijo...

Si tiene dos turnos ya lo descarto directamente.

jorgynh0 dijo...

Te entiendo Toni.

Lo de los turnos es un coñazo. Sobre todo el primero, que suele ser a la 21...quien cena a esas horas?

Pero sí quiero dejar constancia que la primera vez que fui, reservamos durante la misma tarde de un viernes para ir a cenar y, como no debían tener completo, nos dieron mesa para las 22 sin problema.

También es cierto que la segunda vez que fuimos, teníamos mesa para el 2º turno, a las 23 o 23.15 y entre que la preparaban, nos sentaban y demás, empezamos a cenar como a la 00.

Y decir que por un lado entiendo que instauren estos turnos en locales como este que, de no hacerlo así, no sé cómo lo podrían hacer mínimamente rentable. Porque si teniendo unas 10 mesas, reservasen a cualquier hora y sólo pudieran dar un servicio por mesa, pienso que no sería viable mantenerse...

Toni dijo...

Comparto tu explicación lo que pasa es que yo estoy ya mayor para cenar a las 9 y pirarme a una hora determinada o empezar a las 12 de la noche.

David Castañón dijo...

Vaya panda repunantes :P

Yo estoy con vosotros, no concibo cenar a las 9. Y menos que me echen a una hora cuando estoy pagando por cenar para dejar la mesa a otros.

Manu dijo...

En vista de los comentarios tan buenos que estaba teniendo, decidimos probarlo el año pasado. Llamamos, y cuando nos dijeron lo de los dos turnos desistimos. Por lo que veo no han cambiado, así que seguiremos sin probarlo.

Isabel dijo...

La verdad, no comprendo tanta reticencia al sistema de los turnos. Otros locales de reputación bastante inferior como el Tierra Astur también los tienen y están sorprendentemente llenos. He ido sólo una vez al Crocante con mis compañeros de trabajo (la mayoría extranjeros) y para ellos cenar a las 21.00 es lo más normal. La calidad de este sitio en impresionante: no podría decidirme por el plato que más me gustó, pero resalto las gyozas y el tataki. También lo acompañamos con Matsu.Estoy deseando volver al Crocante, y desde luego, cenar a las 21.00 no sería motivo para dejar de hacerlo.

jorgynh0 dijo...

Yo estoy contigo Isabel. Si el sitio es bueno y se come bien, pues se come bien y se prueba. Y si gusta, como es el caso, se repite.

Ahora bien, prefiero poder reservar a la hora que a mí me venga bien, por ejemplo a las 22 o 22.30, a tener que amoldarme yo a lo que me imponga el local. Pero como ya he dicho, en casos como este, comprendo que tengan que hacer turnos. En locales como los de Tierra Astur no lo entiendo tanto.

También tiene que ver con una cuestión cultural, y en Asturies lo habitual es salir, tomar algo, cenar y hacer sobremesa. Y no es tan habitual el sentarse a cenar a las 21.
Y los locales tienen que adaptarse a la cultura del lugar. Al menos les convendría siempre que les sea posible.
De ahí que al ir con extranjeros, seguramente habituados a cenar más temprano, no haya problema en sentarse a las 21.